Checklist para sobrevivir al primer verano con niños pequeños
Si es tu primer verano como madre o padre de un peque… respira hondo. Sí, hace calor, los horarios se desajustan, las rutinas desaparecen y tú solo quieres que duerma la siesta sin que parezca una batalla campal. Bienvenido al club.
Pero también es la primera vez que compartes un verano con él o ella. Sus primeros chapoteos, sus primeros paseos largos sin prisa, sus primeros juegos en la arena, en el césped o en la terraza. Y eso, créenos, es un verano que no se olvida.
Por eso hemos preparado esta checklist sencilla y realista para ayudarte a sobrevivir al verano con niños pequeños... y disfrutarlo de verdad.
1. Protección solar (pero real)
No vale con decir “ya lo llevo en la bolsa”. Hay que usarla. A diario. Y reaplicar. Elige cremas pediátricas, de amplio espectro, y si puedes, en formato fácil de aplicar (los sprays o sticks suelen ayudar).
Consejo de madre práctica: llévala en el bolso o en la pañalera. Si está enterrada en la mochila, no sale.
2. Agua, agua, agua
Y no solo para beber. Un pulverizador con agua fresquita puede ser tu salvación en días de calor. Un barreño con agua en el balcón también. Y si hay piscina… prepárate para que se quiera meter a todas horas.
Importante: hidratación también en forma de fruta, batidos caseros, polos naturales…
3. Juegos de movimiento
Con el calor bajan las ganas… ¡pero no de jugar! Si tienes un correpasillos, una moto pequeña o un vehículo eléctrico como los nuestros, saca el juego al jardín, la acera o el parque.
El movimiento regula el sueño, el humor y el apetito. No hace falta un gran espacio, solo algo de sombra y ganas de moverse.
4. Ropa fácil (y mudas infinitas)
Evita los botones imposibles y apuesta por prendas cómodas, frescas y fáciles de quitar. ¿Toalla con capucha? Aliada. ¿Bañador pañal? Te salva el día.
Y sí, las mudas de repuesto nunca sobran. Lleva mínimo dos. Porque habrá arena, helado, agua, sudor y algún escape.
5. Rutinas flexibles, pero rutinas
Sabemos que es verano. Pero los peques siguen necesitando cierta estructura: comer más o menos a la misma hora, algo de descanso a mitad del día, y momentos de juego sin pantallas.
Puedes aflojar el ritmo sin perder el equilibrio.
6. Expectativas bajitas, humor alto
Sí, habrá días caóticos. Pero también carcajadas inesperadas, siestas compartidas, juegos que no estaban planeados. No esperes que todo salga perfecto. Solo busca que haya espacio para disfrutar.
Porque el primer verano con tu peque no vuelve. Y aunque te pille cansado, desbordado o con el pelo recogido en una pinza... será el verano que recordarás siempre.
¿Listo? Pues coge tu lista, tu agua, tu protector solar y tu juguete de ruedas favorito. Este verano es vuestro. Y va a ser inolvidable.