¿Qué hago con todos estos dibujitos?
Si tienes un niño pequeño en casa, probablemente vives rodeado de arte. Dibujos en folios, servilletas, sobres, paredes (sí, también). Garabatos que a ti te parecen líneas sin sentido, pero que para tu peque son un mapa del tesoro, una familia de dinosaurios o un robot astronauta.
Y claro, tú los amas todos. Pero después del dibujo número 75 de la semana, llega esa pregunta inevitable:
¿Qué hago con todos estos dibujos?
Porque no quieres tirarlos (culpa parental activada), pero tampoco puedes empapelar la casa.
Aquí te dejamos algunas ideas para darles una segunda vida sin acabar sepultado bajo montañas de papel de colores:
1. Crea una galería de arte en casa
Elige un rincón (puede ser una pared del pasillo, la nevera o la parte interior de un armario) y expón ahí los últimos dibujos. Puedes usar pinzas, cuerda, marcos o cinta de carrocero. Que vean su obra colgada es un chute de autoestima para ellos… y queda genial.
¿Una regla útil? Cada vez que cuelgas uno nuevo, retiras el más antiguo. Así no se acumulan y el espacio se renueva solo.
2. Haz un libro de artista
Guarda los mejores (o más divertidos, o más extraños) y cada cierto tiempo haz un cuaderno. Puedes usar fundas transparentes, una carpeta con anillas o simplemente grapar las hojas y ponerle un título: “El increíble libro de dibujos de Abril 2024”.
Bonus: añade frases suyas explicando lo que han dibujado. Te aseguramos que en unos años será un tesoro.
3. Convierte los dibujos en regalos
El Día de la Madre, del Padre, los cumpleaños de los abuelos... en lugar de comprar algo, convierte uno de sus dibujos en una postal, en la portada de una libreta o en papel de regalo. Es personalizado, bonito y hecho por ellos.
4. Recorta y crea juegos
¿Un dibujo que ya no vas a guardar entero? Recórtalo en trozos y conviértelo en un puzzle casero. O haz tarjetas para jugar a emparejar, contar historias o inventar personajes. Con un poco de cinta adhesiva y tijeras, el arte se convierte en juego.
5. Y sí… también puedes tirar algunos (sin drama)
No todo se puede conservar. Guarda los que tengan valor sentimental o que tu hijo quiera conservar y deja ir el resto con tranquilidad. Puedes hacerlo juntos, incluso dejando que ellos elijan cuál se queda y cuál no.
Los dibujos no son solo papel pintado. Son momentos, imaginación en acción, trocitos de infancia. Así que dale a ese “caos artístico” el lugar que se merece… pero sin que se te venga encima.